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lunes, 10 de marzo de 2014

Un error médico provocó la muerte de Franco

Los médicos que le operaron en el Pardo no resecaron todo el estómago del dictador. 
Franco podía haber sobrevivido a la dolencia en un 97 % de posibilidades, de haber actuado bien el equipo que le operó. 
Lo cuenta el cirujano Juan Abarca en sus memorias "Cinco litros de sangre". 
Abarca fue testigo de los últimos días del general Franco. 
El cirujano Juan Abarca, testigo de los últimos días de la vida de Francisco Franco, asegura en su autobiografía, "Cinco litros de Sangre", que el general no habría muerto si hubiese sido operado correctamente y sostiene que fue víctima de un error quirúrgico. En el capítulo titulado "Mi verdad sobre la muerte de Franco", Abarca, consejero delegado del Grupo Hospital de Madrid (HM), hace una revelación desconocida en otras biografías del dictador que podría haber cambiado el curso de la historia de España. Altas posibilidades de vivir El doctor, que presentó hoy su obra acompañado por el periodista Luis María Ansón, informa de que Manuel Hidalgo Huerta, que operó a Franco tras sufrir una gastritis hemorrágica, optó por "resecar nada más que una parte del estómago, aproximadamente un 30 por ciento", cuando lo correcto, dados los conocimientos y tratamientos existentes, hubiera sido una "resección total" o extirpación. Abarca asegura que, de no haberse cometido el fallo médico, Franco habría tenido el 97 % de sobrevivir a la enfermedad "La enseñanza de este caso no puede ser más obvia", comenta el experto, para alegar que "si se hubiera tratado de un enfermo cualquiera, y no de Franco, sus posibilidades de sobrevivir a esta patología hubieran sido muy altas", ya que en aquella época "las estadísticas de fallecimiento por úlcera de duodeno perforada debían estar sobre un 3 por ciento". Abarca, que asistió a la operación de Franco en el hospital madrileño de La Paz tras haber sido intervenido de urgencia en el propio palacio de El Pardo, manifiesta que conversó con él momentos antes y que el estado de salud del caudillo "era perfecto". Por ser Franco "Los médicos decimos que hay que tener cuidado con los recomendados, y es cierto", ironiza el cirujano, para apuntar los riesgos que conlleva que se les ahorren drenajes o se les acorte el periodo de las sondas, lo que hace que "los enfermos se compliquen por apartarse de la norma". Es difícil que haya habido un paciente que fuera más confusamente tratado que él "En el caso del general Franco esta consecuencia se cumplió con la misma fuerza que correspondía a su poder", indica en el doctor en el libro, donde sentencia que "es difícil que haya habido un paciente que fuera más confusamente tratado que él". Cuando el dictador enferma "todos los síntomas parecían cardíacos" y, sin embargo, "los médicos sabemos" que hay procesos del aparato digestivo, como las perforaciones de úlceras, en las que "sale el aire y comprimen el diafragma sobre el corazón, haciendo que parezca un infarto de miocardio", explica. El general fue tratado unos meses antes de una tromboflebitis en la pierna derecha y su médico personal, el doctor Pozuelo, había hecho que le atendieran en el Hospital Provincial -ahora Gregorio Marañón- en el cual era jefe de servicio. El fallo en la operación de El Pardo A los dos días de padecer ese episodio de infarto, Franco sufrió una hemorragia digestiva "muy importante", que algunos achacaron al estrés, y Pozuelo llamó a su compañero de hospital Hidalgo Huerta. El error médico se produjo durante la intervención improvisada en el botequín del El Pardo Éste decidió intervenir de inmediato al general y lo hizo en un quirófano improvisado, instalado en el botiquín del palacio de El Pardo, algo que los compañeros de profesión observaron como "extraño", al ser "más lógico" trasladarlo a La Paz, adonde fue desplazado posteriormente por decisión del marqués de Villaverde. "Estaba consciente y hablamos de la mano, que, por cierto, las tenía cuidadísimas", relata el doctor, quien llama la atención sobre "su buen estado general" de salud. El error que conllevó la muerte del dictador fue que los médicos no repararon, en la intervención de El Pardo, que Franco "padecía ya, tal vez por los días que llevaba con la perforación", una "gastritis hemorrágica que, según el nivel de conocimientos científicos que se aplicaban entonces, debía haber conducido a una resección total del estómago". Este testimonio recogido en "Cinco litros de sangre", obra prologada por el escritor Francisco Umbral, acompaña a otros extraídos de las memorias del cirujano y empresario de la medicina privada a lo largo de su trayectoria profesional. 

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/245938/0/franco/error/medico/#xtor=AD-15&xts=467263

TVE publicó la muerte de Franco


El 20 de noviembre de 1975 es una fecha señalada en la historia de España: fue el día en que murió el general Franco. Se acababa así una dictadura de 36 años que siguió a otros tres de cruenta guerra civil.Carlos Arias Navarro, entonces presidente del Gobierno, anunció en televisión a todos los españoles la muerte del dictador. Muy emocionado, leyó también el testamento político de Franco antes de proferir con voz quebrada un "¡Viva España!". Arias se mantuvo como presidente hasta el 1 de julio de 1976. El Rey elegiría para sucederle a un joven político reformista llamado Adolfo Suárez.

Llanto de unos y alegría de otros

Algunos españoles lloraron la muerte del general; otros la celebraron con la esperanza de que supusiera la apertura de una nueva etapa de democracia y libertad en nuestro país. Y así sería finalmente: sólo tres años después del entierro de Franco en la basílica del Valle de los Caídos, los españoles aprobaron en referéndum una nueva Constitución democrática. La muerte del dictador se produjo tras una larga agonía. Los partes emitidos periódicamente por el equipo médico que le atendía son un fiel reflejo del progresivo deterioro de su estado de salud. El último informe médico antes del anuncio de su fallecimiento refiere múltiples afecciones de muy diversa índole y carácter irreversible.

Brunete tendrá que retirar las placas franquistas

El Ayuntamiento de Brunete, gobernado por el PP, tendrá que proceder a la retirada de los elementos de simbología franquista (placas conmemorativas y un escudo preconstitucional) que se encuentran en la Plaza Mayor del municipio y su entorno, tras prosperar una moción presentada por el PSOE. En la proposición, los socialistas exigían al alcalde que cumpliera la Ley de Memoria Histórica y que procediera a quitar las placas. La moción salió adelante con los votos de los siete ediles de la oposición: tres socialistas, dos de IU y dos de UPyD, con lo que obtuvo el respaldo de la mayoría del pleno. Los seis concejales del PP se abstuvieron.
La polémica saltó el pasado mes de enero cuando se conoció que la Dirección General de Patrimonio había iniciado, a petición del Ayuntamiento de Brunete, los trámites para declarar la plaza Mayor, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y su entorno Bien de Interés Cultural (BIC). En el expediente abierto por la Comunidad de Madrid se menciona de forma específica a los escudos o placas conmemorativas, lo que implicaría su protección. En el documento se considera que: "proporcionan las claves para el conocimiento del bien y las circunstancias en que fue construido, como el escudo de España que preside la Casa de Falange o las lápidas conmemorativas situadas en la escalinata de acceso a la iglesia”.
El portavoz socialista, Fernando Corvo, ha manifestado que de esta forma "se ha acordado que los espacios públicos sean un punto de encuentro y no de enfrentamiento o agravio". Al mismo tiempo, señaló que su grupo requerirá el cumplimiento de las mociones presentadas en el pleno y, en caso de no cumplirse, exigirá la dimisión del alcalde". La oposición acordó el plazo de dos meses para proceder a la retirada de las placas.
Brunete sufrió una destrucción casi total durante la Guerra Civil. La Dirección General de Regiones Devastadas inició la reconstrucción del pueblo en 1940. Las obras, finalizadas seis años después, fueron inauguradas por Francisco Franco y conservan placas de exaltación de la victoria franquista que en una de ellas se califica como "nuestra gloriosa cruzada de liberación".

sábado, 8 de marzo de 2014

Documental de Franco


La Dictadura del general Francisco Franco

Este capítulo de la serie de RTVE Memoria de España, titulado "Franco, Franco, Franco", te ayudará a comprender mejor el período de dictadura y régimen autoritario que siguió a la victoria de las tropas nacionales en la Guerra Civil Española, es decir, entre 1939 y el año 1975, en que morirá el general Franco.

Se corresponden los contenidos de este documental con los presentes en la página 201 de tu libro de texto, y son, entre otros:

  • La gestión de la victoria en la Guerra Civil.
  • La construcción del nuevo Estado.
  • Una España cercada, la salida de embajadores.
  • Los desastres de la Guerra, los presos, el hambre y el estraperlo.
  • La represión y el Estado policial.
  • El maquis.
  • El fin del cerco.
  • El plan de estabilización.

Cancion de los Legionarios


jueves, 6 de marzo de 2014

Cancion Anti-Comunista

Canción que me motiva:

SACA LAS  ALPARGATAS,
SACA LA BOINA,
COGE EL FUSIL,
VAMOS A MATAR A MAS ROJOS
QUE FLORES TIENE MARZO Y ABRIL

miércoles, 5 de marzo de 2014

Simbologia del Franquismo



La simbología del franquismo es el conjunto de símbolos que se utilizaron como referente icónico para identificar visualmente al régimen franquista y a las personas e instituciones que se identificaban con él, y marcar la apropiación simbólica de lugares emblemáticos, muchos de ellos utilizados como espacios de la memoria. Se utilizó masivamente, siguiendo las modernas técnicas de propaganda para conseguir una presencia abrumadora en todos los ámbitos públicos y privados: banderas, escudos, efigies, monumentos, sellos, medallas, insignias, uniformes y distintivos de todas clases. Incluso los asientos de los transportes públicos eran objeto de apropiación simbólica para perpetuar el recuerdo de la Gloriosa Cruzada: un cartel que indicaba Reservado para caballeros mutilados.
La ausencia de legitimidad democrática del régimen de Franco impulsó la búsqueda de legitimidades alternativas de corte carismático, en consonancia con el fascismo italiano o el nazismo alemán, sus aliados al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La ausencia de crítica interna (prohibida la oposición y hábilmente gestionados por el Generalísimo los contrapesos entre las distintas familias del régimen), produjo desde muy temprano un verdadero culto a la personalidad del Caudillo.
La parafernalia simbólica del franquismo se originó durante la Guerra Civil (1936-1939), tras su exaltación a la jefatura del Estado, adoptando en buena medida la desarrollada en los años anteriores por Falange Española de las JONS, a la que se sumó la de los tradicionalistas o carlistas, y la propia del Ejército (sobre todo de algunos cuerpos particularmente vinculados a Franco, como la Legión Española). De hecho, el partido único creado por la fusión de falangistas y tradicionalistas (la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, más conocida como Movimiento Nacional) fue dotado con un uniforme que sumaba a la camisa azul falangista la boina roja carlista y los correajes militares (que ya se utilizaban con anterioridad marcando el carácter paramilitar de la Falange);1 también incluía una corbata negra como luto por José Antonio. Continuó utilizándose durante todo el periodo de la dictadura de Franco.2
A pesar de la retirada de algunos de estos símbolos en los primeros años de la Transición —destacadamente los grandes emblemas de yugo y flechas de la emblemática Casa Sindical (torre de ladrillos construida en estilo racionalista frente al Museo del Prado) y de la sede central del Movimiento en la calle Alcalá de Madrid3 o la recuperación del nombre de calles (por ejemplo, en Madrid, la Gran Vía, hasta entonces avenida de José Antonio, o el Paseo de la Castellana, hasta entonces avenida del Generalísimo)— muchos de ellos permanecieron, y en parte la simbología franquista sigue presente hoy en día, más de treinta años después de la muerte de Franco. La ley denominada Ley de Memoria Histórica (aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007) establece la retirada de estos símbolos, obligando a las instituciones públicas a ello, y privando de ayudas a las instituciones privadas que no las retiren. Fue objeto de particular redacción lo referente a los símbolos que puedan afectar a la Iglesia Católica, introduciéndose una salvaguarda por razones religiosas, junto a la que exceptúa a los monumentos con valor artístico.